Silencio...
Hagan silencio que Omar está pintando...
Despierta Yeí Porá en el recuerdo
de la tormenta vespertina.
Por ahí anda Juanjo en busca de colores
para la paleta entretenida
entre los sauces.
Omar está pintando.
Suave, en el fondo se escucha
alguna música de guitarras flamencas
La tinta se desliza...
Casi azul
Casi verde
Los marrones son arena, de pronto sol,
de pronto agua.
Ya le robará la mañana
un colorido gris a su esperanza.
Ya despertará el músico
al hombre de 300 años
que viene a visitarlo en sueños.
Omar no pinta. Canta.
No dibuja.
Sus manos están dirigiendo la orquesta de colores
para convertirla en paisajes llenos de canciones.
Para que baile Mancazzola o Cacho Monje.
para que los gurises pinten con tinta de mora,
para que en Yeí Porá no falten pájaros
cuando pasen las nubes.
Suena la tormenta.
Dejen que suene, pero hagan silencio.
Para Omar puede ser
el bolero de Ravel
Y está pintando.
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