viernes, 23 de septiembre de 2011

Recuerdos de Hachero Viejo

¿A dónde irá la madera
si no se vuelve guitarra?
¿Quien le cantará a los montes?
¿Quien le hará el arrullo al hacha
después del sudor obrero
que de los golpes descansa,
entonando un verso triste
como sosiego en el alma,
si el árbol que se ha caído
no sirve para guitarra?

Así pensaba el abuelo
hachero de historia larga
descansando ya el orgullo
de haber revoleado el hacha,
mientras maneja en silencio
dulcemente su encordada.

Sentado bajo el alero
sus manos parecen alas
de seda sobre las cuerdas
mientras la tarde se cae
hecha canto de chicharras,
y los grillos violineros
aprontan la serenata.

¡Cuántas veces, viejo Pablo
se te derrumbó en la espalda
un día lleno de penas
golpe a golpe, hacha y hacha
mordiendo rabia en silencio
por lo poco de la paga...
Pero sabiendo por dentro
que en el rancho estaba Juana
con los gurises –ya hombres-
esperando tu regreso
bajo el alero e` las casas,
donde, pa` cuidar la dicha,
también levantaste el hacha.

Todo cambió desde entonces...
Los años, se hicieron surcos
en el campo de tu cara
la Juana se te ha dormido
para siempre... y la reclamas.

Y el monte tiene motores
que han reemplazado tu hacha.
Los pájaros que el lucero
pa` matear te despertaban
ya no pueden hacer nidos...
Tienen miedo y se disparan
Y no ha vuelto aquel jilguero
que cantaba en tu ventana.

La pena se hace mas honda
entonces en tu guitarra...
Porque el obrero es el mismo
y sigue poca la paga...

No me contés, viejo, Pablo...
Sé la pena que te embarga.
Solo, sin monte, ni pájaros
ni un mate Para la Juana
ni un gurí que te judee
ni el golpe rudo del hacha,
solo te queda el madero
amado de tu guitarra
para que vuelvan al nido
los pajaritos del alma.

Gracias a Dios, al Bendito,
al menos, tenés guitarra.

Levantala, viejo Pablo
gritá tu canto hecho hacha,
rebelate contra el tiempo
que te dejó en la estaqueada
y contale las verdades
que te zumban en el alma
al que obliga a los hacheros
a ser poco…
Olvido... y nada.

Solo así te habrá servido
tantos años de hacha y hacha...
Cuando el árbol que has volteado
ponga música en tu alma.

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